Un recuerdo de infancia
¡Hola a todos los ciudadanos de este blog! ¡Feliz semana para todos! ☺
Hoy publico un relato fragmentado basado en un recuerdo, y fue un ejercicio que hice para la clase de Literatura. Lo escribí tal cual iban llegando las imágenes a mi cabeza, alternando entre primera y tercera persona; y pues, esa era la idea Todos tenemos recuerdos que atesoramos con gran cariño; esos que nos sacan una sonrisa mientras se proyectan en nuestra mente, y pues bueno, este es uno de ellos.
Si tienes algún recuerdo de infancia relacionado con la época de la escuela primaria, coméntalo brevemente, me gustaría leerlo. ☺
¡Nos leemos pronto! ☺
LA IZADA DE BANDERA
Recuerdo que ese día estaba muy emocionado, muy feliz porque me iban a dar la banderita de Colombia por rendimiento académico, y porque ese día iban a ir los del colegio de bachillerato a hacer una actividad recreativa a todos los niños de la escuela; cosa que no pasaba a menudo, porque era una escuela muy pequeña, hasta olvidada por la misma sede central. Creo que ese día se celebraba el Día del Niño o el Día del Idioma; era alguno de esos dos porque el profesor Correa nos repetía que no podíamos faltar.
Felipe estudiaba en la jornada tarde. Ese día por la mañana, él hacía lo que acostumbraba a hacer antes de irse a estudiar: ver televisión nacional, sobretodo Canal Capital y Señal Colombia, y en especial veía un programa en especial llamado Ciencia en el Jardín; le encantaba. Luego daba un repaso al libro de geografía que le había dado la tía Clara de cumpleaños. Le gustaba mucho porque contenía información sobre todos los países del mundo; le gustaba aprender mucho. Por ahí a eso de las 11 de la mañana, se empezaba a alistar y organizaba la maleta para ir a la escuela, en compañía de su hermana Lorena, que estaba en Transición. Y como casi todos los días, en el camino se detenía a comprar un refresco congelado de $50 (de coco o chicle) y una barra de pastillitas de dulce para su hermana.
Antes de la izada de bandera, hubo la recreación que organizaron los de cursos superiores para nosotros los de primaria. Recuerdo muy bien que fue en el Polideportivo del Bello Horizonte, que no era más que una simple cancha de microfútbol como a dos cuadras de la escuela. Mi amigo Diego y yo competimos en la prueba de aguantar la respiración bajo el agua. Yo no duré ni diez segundos con la cabeza sumergida en ese balde, pero Diego sí; él fue el ganador que representaba a mi curso, y le dieron un obsequio muy bacano: un álbum de stickers de Dragon Ball Z. Diego no cabía de la felicidad, porque me acuerdo que tanto él como yo, no teníamos el dinero para comprar una de esas cosas.
Después de haber recibido el premio, Diego y Felipe empezaron a mirar el álbum, página por página, mientras los otros niños estaban en la competencia de lazo, golosa, yermis, y la mayoría de los niños, en la competencia de fútbol y baloncesto. Nosotros dos no jugábamos fútbol, porque nos escogían de últimos para armar los equipos; éramos bien troncos pa’ eso. Mirábamos cada premio que daban por llenar ciertas páginas con las láminas. Creo que entre los premios que más nos hacían ilusión estaban: el radio FM, el láser de mira roja, el reloj digital y el tamagotchi. Como queríamos ganar algo rápido, fuimos a la tienda cercana a la escuela. Allí, ofrecían 3 sobres de stickers por $200, y el envoltorio era azul pálido con imágenes de la serie. Me acuerdo tanto de esas vainas que nos hacían ilusión.
Yo tenía como 5 o 6 años, y estaba en 1° en la Escuela Eduardo Carranza, en el barrio Bello Horizonte, y yo vivía como a 5 cuadras de la escuela. Me acuerdo que ese día yo había brillado bien los zapatos, y me había puesto la camisa que no tenía el cuello desgastado, porque sabía que iba a izar bandera y quería verme bien. El profesor Correa, que era el que nos dictaba todas las materias, me había escogido para izar bandera porque sacaba muy buenas notas. Yo estaba muy, pero muy emocionado, porque esperaba llegar a la casa con mi banderita en el saco, y mostrarle a mi mamá y a mi papá que me habían dado ese premio delante de todos en la escuela.
Felipe se encontraba en la ceremonia de premiación de los alumnos destacados por su rendimiento académico. Había pasado al frente, con todos los demás niños de Kinder a 5°, esperando cantar los himnos de Colombia, Cundinamarca, Madrid y el de la escuela, y claro, lo más importante, esperando recibir la banderita de reconocimiento. Felipe miraba a sus alrededores mientras cantaba con orgullo. La escuela era viejita pero acogedora: el patio de la escuela era rústico y sin gracia, las canchas de fútbol estaban deterioradas, la caseta decía Postobón en letras descoloridas, los muros tenían mensajes y dibujitos bonitos, y el piso de toda la escuela en general, era un tierrero impresionante. Aun así, ese día fue muy especial para Felipe, porque era la primera vez que se sentía orgulloso de estudiar ahí, se sentía contento por haber sido reconocido, se sentía importante porque lo habían escogido entre los mejores.
FIN
Preciosa página. ¡Enhorabuena!
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¡Muchas gracias por tu visita!
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Hola Felipe! Hace mucho que no leo textos tuyos, espero que vuelvas pronto por aquí! Conocí tu país hace poquito, volví enamorada de su gente. Los extraño!! Un beso grande!
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¡Hola!
¡Muchas gracias por preocuparte!
Sí, voy a volver a publicar en mi blog que lo he tenido abandonado, pero saber que personas como tú esperan leerme de nuevo, me anima a volver con más ganas.
¡Un gran abrazo, acá serás siempre bienvenida!
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Te esperamos pronto!! Muchos saludos desde Argentina.
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¡Gracias! 😊
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¡Hola, Felipe!
Estaba deseando que fuera ya verano para tener de nuevo tiempo y poder pasarme por aquí, ya echaba de menos la magia que desprende este maravilloso rinconcito. Me ha encantado leer tus recuerdos, los recuerdos son una parte esencial de nosotros y van construyendo la persona que somos. Gracias por compartir una parte de ti tan personal, me ha gustado, se nota que escribes desde el alma.
¡Un abrazo enorme! ♥
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¡Juliaaaa!
Hola, tanto tiempo sin abrir mi blog…
Lo he extrañado tanto que voy a retomarlo…
Lo siento por responderte hasta ahora.
¡Muchas gracias por seguir aquí!
Te mando un graaaaan abrazo.
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Muchas gracias a ti, que fuiste de las primeras personas que conocí en este mundo de WordPress y siempre has estado ahí apoyándome y motivándome con tus comentarios. ¡Un abrazo enorme! ❤
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¡Un abrazo de vuelta! 🙂
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Los recuerdos de infancia nos acompañarán siempre. Es una parte muy importante de nuestro recorrido por la vida.
Saludos.
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¡Así es!
Muchas gracias por pasarte. 😊
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¡Que bonito! esos recuerdos de infancia son una caricia para el alma. Saludos.
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Gracias por leerme, Marta.
¡Un abrazo!😊
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Preciosos recuerdos, escritos desde lo más profundo de tu corazón. Me encantó leerte. Besos a tu alma.
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¡Hola, María del Mar!
Muchas gracias por leerme.
¡Un abrazo!😊
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